Ciencias Sociales y Humanas

Principios de encuentro

Las dinámicas propias de la globalización aparentemente han acercado a las poblaciones entre sí, pero cada vez se hace más evidente que la apertura se inclina más hacia el libre movimiento de capitales que de las personas y de los saberes que se erigen desde perspectivas diferentes e incluso opuestas al conocimiento científico moderno. En este sentido, las redes de intercambio de experiencias y saberes implican otro orden de movimiento y de contacto, que propende por la reivindicación de la experiencia social de los grupos y las comunidades humanas que cotidianamente batallan por su visibilización e incluso pervivencia.

La red de conocimientos médicos que proponemos gestionar, apuesta por una Ecología de Saberes en los términos en los que Boaventura de Sousa Santos (2010) ha venido desarrollando desde sus epistemologías del sur, según la cual se busca integrar acciones que aporten en la construcción de una justicia cognitiva y epistemológica, más allá del pensamiento abismal construido en la modernidad y que traza una línea entre lo que es legítimo, aceptable y comprensible, mientras separa y aboga por la extinción de todo conocimiento que no cabe dentro de sus propios parámetros de validación.

Y nos sumamos a esta perspectiva en la medida que supone una “pragmática epistemologica”, es decir, una visión complementaria de los saberes y las prácticas, que existen, permiten o impiden acciones en el mundo de la vida de distintas comunidades, y que sobretodo reconoce que  “la idea de que el conocimiento es interconocimiento” (De Sousa, 2010, pág. 49)

Puesta así, la red se soporta tanto en la idea del intercambio como de la heterogeneidad, es decir, configura una apuesta por el encuentro y la acción colectiva, emergente del reconocimiento y la visibilización de los conocimientos, prácticas y experiencias de distintos agentes que participan en el ámbito de la salud, comprendiendo que este no se limita a una mirada medicalizante asociada al síntoma y la enfermedad, sino desde una perspectiva integradora y holística que reivindica el cuidado de la vida en sus múltiples expresiones, por lo que hablar de territorio, alimentación, identidad, cultura, amor, arte y dignidad, entre otros, hace parte fundamental de este escenario.