Ciencias Sociales y Humanas

17 de mayo de 2020

Ser maestro en tiempo de pandemia: un salto de fe

Andrés Santiago Beltrán Castellanos
Docente Colegio IED las Américas
santiagobeltran23@gmail.com

 

La presente reflexión es una invitación a la comunidad académica a propiciar un debate acerca de los retos que representa el proceso de enseñanza – aprendizaje en el aislamiento. Existen elementos suficientes para realizar un balance de las acciones pedagógicas desplegadas para atender la contingencia y proponer alternativas para reinventar la escuela. Los estragos ocasionados por el Covid – 19 se prolongarán más allá de la cuarentena, afectando la economía de mercado a largo plazo. Las descripciones moderadas coinciden en mostrar la pandemia como un suceso fácilmente asimilable por la capacidad adaptativa del neoliberalismo, que al final, saldrá fortalecido permitiendo seguir gobernando a los sujetos sometiéndolos a sí mismos, gracias a la postulación de la metáfora del emprendimiento como hegemónica. Ésta, invisibiliza los hilos del poder e inmuniza frente al dolor y el hambre al proponer a los individuos como culpables de sus desgracias por no administrar bien la empresa llamada vida.

Las posturas, por decir así, radicales, aseguran que la sociedad no volverá a ser la misma, la política neoliberal dejará la ortodoxia para dar paso a un intervencionismo que, con la excusa de recuperar la producción y consumo, concentrará la riqueza con mayor fuerza. Las libertades individuales que han sido restringidas para evitar la propagación de la infección, continuarán siendo diezmadas para contrarrestar el descontento producto del hambre. Los gobiernos déspotas están de fiesta, el poder soberano se reactualiza en un paternalismo que enmascara el autoritarismo. El republicanismo agoniza y el estado de excepción es la constante en los países más afectados.

El otro factor, no menos inquietante, es el estado de miedo que evidentemente se ha extendido en los últimos años en las conciencias de los individuos y que se traduce en una necesidad real de estados de pánico colectivo, a los que la epidemia vuelve a ofrecer el pretexto ideal. Así, en un círculo vicioso perverso, la limitación de la libertad impuesta por los gobiernos es aceptada en nombre de un deseo de seguridad que ha sido inducido por los mismos gobiernos que ahora intervienen para satisfacerla. (Agamben, 2020)

El filósofo surcoreano y profesor en Alemania Byung-Chul Han, vaticina un escenario de radicalización del estado policivo y propone que el modelo chino de vigilancia digital, al mostrase como la mejor manera de hacer frente a la crisis social, se intentará incorporar en occidente, pues, permite mantener la uniformidad al individualizar con mayor precisión y así, contener la protesta social.  Para él, el cierre de fronteras realizado por Europa, evidencia una concepción caduca del poder soberano. Los estados orientales, han controlado mejor la pandemia gracias al control minucioso de cada uno de sus individuos.

Se podría decir que en Asia las epidemias no las combaten solo los virólogos y epidemiólogos, sino sobre todo también los informáticos y los especialistas en macrodatos (Byung-Chul, 2020).

Entre los pensadores que han realizado aportes para problematizar la coyuntura desde una perspectiva que denominaremos de rompimiento, destaca, Slavoj ŽiŽek, psicoanalista lacaniano y filósofo marxista, para quién, la pandemia agudizará las tensiones sociales y propiciará una revolución en la subjetividad que permitirá la emergencia de un nuevo orden económico y social edificado en el reconocimiento del otro.

Pero quizás otro virus ideológico, y mucho más beneficioso, se propagará y con suerte nos infectará: el virus de pensar en una sociedad alternativa, una sociedad más allá del estado-nación, una sociedad que se actualiza a sí misma en las formas de solidaridad y cooperación global (ŽiŽek, 2020).

Para nosotros, al igual que para ŽiŽek, la pandemia no solo es un paréntesis, se presenta como un acontecimiento que vislumbra el inicio de nuevas formas de ser y estar articuladas por el miedo al contagio. Aceptamos la descripción cruda de Agamben y Han, pero, nos negamos a atrincherarnos en el diagnóstico, por ello, compartimos el entusiasmo de ŽiŽek por nuevas formas de resistencia y proponemos el rastreo de armas conceptuales de diferentes lugares enunciación que permitan adaptar la lucha al terreno escolar. Incluso, si erramos en el balance inicial de adhesión a esta perspectiva de rompimiento y se regresa al estado de cosas inicial, habremos tomado el camino indicado. Otro de los aspectos que ha evidenciado la cuarentena es que aceptar esa cotidianidad de desarraigo ha sido el problema. El alarmante número de fallecidos latinos y afrodescendiente en New York por causa del Coronavirus, tiene más que ver con las condiciones de marginalidad en que viven, que con una mayor resistencia inmunológica de la población blanca al virus.

El neoliberalismo nos ha devuelto al estado salvaje del que el humanismo intento rescatarnos con sus consignas de fraternidad e igualdad. Las actuales ciudades se asemejan a junglas. Entre los edificios cada vez más altos que luchan por la luz del Sol y los cruces obligados donde habitan los delincuentes comunes que devoran a los rezagados, transita esa masa uniforme de personas obligadas a consumirse entre ellas. Ensimismados en sobrevivir, la ley del más fuerte permite caminar sin sentir pena por el dolor del otro. La pérdida de las certezas del estado de bienestar, presenta la religión en su faceta fundamentalista. Hemos vuelto a otorgar vida a los fenómenos que se escapan a nuestro control. Hoy, concebimos que el trabajo, la salud y la educación, dependen de fuerzas sobrenaturales a las cuales debemos agradar y no de la inequidad de un sistema económico-político, que ha hecho del imperativo dejar hacer – dejar pasar un principio de acción solo para el ciudadano de a pie. Mientras el industrial y comerciante del liberalismo intentaron desprenderse del estado, el empresario neoliberal se ha lanzado a su captura. El rostro del titiritero que mueve la mano invisible del mercado se presenta frente a nosotros.

El encierro, paradójicamente, ha develado como la caverna, la alegoría simbólica con la que Platón describe la forma en la humanidad es engañada para que acepte como verdaderas las sombras que se proyectan, se actualiza en la indiferencia. Los maestros no tenemos otra alternativa que dar un salto de fe y cuidar de la antorcha que ilumina las cadenas, a la vez, que diseñamos instrumentos para abrirlas. Para que exista fuego se requiere de tres componentes: combustible, oxígeno y calor. El combustible, lo representa las estrategias desplegadas para reinventarnos en el marco de la coyuntura y que obliga a establecer otras formas en la relación maestro – estudiante; el oxígeno, los agenciamientos que permiten la expansión del mensaje de transformación por medio de redes y plataformas y; el calor, el amor por nuestra profesión que, como chispa de vida, mantiene viva la llama.

La pandemia, presenta la oportunidad de invertir la formula y hacer de esa escuela que se concibió como reproductora del orden social, la transformadora de éste. Hace mucho tiempo que como sociedad no se tenía la oportunidad de hacer un paréntesis y observar detenidamente los monstruos que inquietan. Debemos escoger entre el anhelo por volver a esa normalidad donde el otro es el enemigo, que no es otra cosa que aceptar la sujeción por miedo a lo desconocido o hacer de la esperanza de abrazarnos nuevamente, el fundamento de un mundo otro.

 

Referencias

Agamben, G. (2020). La invención de una epidemia. Recuperado de: http://revistasantiago.cl/pensamiento/la-epidemia-vista-por-agamben/

Byung-Chul, H. (2020). La emergencia viral y el mundo de mañana. Recuperado de: https://elpais.com/ideas/2020-03-21/la-emergencia-viral-y-el-mundo-de-manana-byung-chul-han-el-filosofo-surcoreano-que-piensa-desde-berlin.html

ŽiŽek, S. (2020). El coronavirus es un golpe a lo Kill Bill al sistema capitalista. Recuperado de: http://esferapublica.org/nfblog/slavoj-zizek-el-coronavirus-es-un-golpe-a-lo-kill-bill-al-sistema-capitalista/